Opus Dei

A casi 40 años de su muerte, recordamos el profundo cariño filial que el fundador del Opus Dei tuvo por la Virgen de Guadalupe, que se hizo evidente durante la novena de oración que hizo en nuestro país en 1970.

Mons. Álvaro del Portillo, primer prelado del Opus Dei, y quien será beatificado en Madrid el próximo sábado 27 de septiembre, era un gran devoto de la Virgen María, fervor que siempre inculcó a los miembros de la Obra al continuar los pasos de su predecesor: San Josemaría Escrivá de Balaguer, gran devoto de la Virgen Santísima.

En la víspera de la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, el Papa, desde la Plaza de San Pedro, dirigió un mensaje a toda América, en el que destacó que esta aparición fue un signo del abrazo de la Virgen a todos los habitantes de este vasto continente.

San Josemaría, gran devoto de la Virgen, peregrinó a México en 1970 para encomendar a la Guadalupana a la Iglesia, al mundo y a sus hijas e hijos en el Opus Dei. Este video recuerda aquellos días (audio con fallas de origen).

San Josemaría Escrivá viajó a México en 1970 para hacer una romería a la Virgen de Guadalupe, y, en segundo lugar, visitar a sus hijas e hijos. Recogemos algunas de las palabras (audio original) que el Fundador del Opus Dei pronunció en nuestro país, al que llamó "una patria maravillosa".

Su alma se consumía en el afán de contemplar, cara a cara, el rostro del Señor: “¡Señor, tengo unas ganas de ver tu cara, de admirar tu rostro, de contemplarte...!" Así fueron los últimos meses de san Josemaría en la tierra.