Voy a asistir a la beatificación para agradecer a don Álvaro su servicio a la Iglesia y para darle las gracias por todas las personas a las que ha llegado durante su vida con sus enseñanzas, iniciativas sociales o simplemente con una sonrisa o una mirada paternal.
Creo que su beatificación es también una ocasión para vivir la universalidad de la Iglesia, porque a Madrid llegarán personas de todo el mundo y de todas las condiciones para dar gracias a Dios por don Álvaro.