La JMJ deja huella en el corazón

En ocho puntos, el autor constata que la vida de los que participaron en la JMJ no es la misma antes y después de Cracovia.

Los que estuvimos en Cracovia participando en la Jornada Mundial de la Juventud, tuvimos una de las experiencias más intensas y enriquecedoras de nuestras vidas. Y a pocos días de que todo terminó, y encontrándome de nuevo en mis ocupaciones ordinarias, podría cuestionarme, con cierto desasosiego, si realmente algo cambió en mí, si en verdad esta experiencia penetró mi corazón y lo transformó… ¿Mi vida es distinta ahora?

Estoy convencido de una cosa: este evento dejó huella en nosotros y te propongo repasar ocho aspectos con los que podrás comprobar que tu vida hoy no es la misma que la de antes de Cracovia.

1 ¿Qué ha cambiado en tu lista de contactos? Encontrarás gente nueva con la que vale la pena mantener una amistad iniciada en Cracovia. Entraste en contacto con una multitud de jóvenes de mirada limpia, de ideales grandes que, con su ejemplo, te levantaron el ánimo. La amistad sincera, el interés real de unos por otros, es uno de los regalos más grandes de estas jornadas. Es importante cultivar amistades que enriquezcan, con personas que nos arrastren al bien, en quienes podamos apoyar nuestra fe y sentirnos fuertes en un mundo en el que parece que reina el mal. Las buenas amistades son para toda la vida. Aprende a ser mejor amigo de tus amigos. Que tu amistad con Jesús se traduzca en una amistad sincera, sin hipocresías ni intereses personales. El tesoro de cultivar verdaderos amigos puede ser una de las herencias más preciosas de estos días.

2. ¿Qué ves en las fotos del viaje? Seguramente traes el teléfono lleno de fotos que no piensas borrar nunca. Esas fotos las verás solo y acompañado, las repasarás muchas veces, y entenderás que son imágenes de una parte de tu historia personal, de algo que es mucho más que sólo un recuerdo, se trata de algo que te cambió el corazón. Te voy a dar un consejo: si quieres que esta experiencia no se quede en recuerdos bonitos, proponte continuar tu trato con Jesús y conocerlo más leyendo el Evangelio cada día. Que la palabra de Dios sea tu inspiración cada jornada, para dejar que te transforme y puedas escribir las páginas “faltantes” con tu vida.

3 ¿Estás orgulloso de ser católico? Si en tu corazón te sientes más orgulloso de ser católico, es porque percibiste algo esencial de la JMJ. Te diste cuenta de que perteneces a una Familia, que es de Dios, inspirada y guiada por el Espíritu Santo, una Iglesia llena de vida. San Juan Pablo II solía afirmar que la Iglesia católica no es una organización de Cristo, sino un organismo de Cristo, ¡donde vivimos su misma vida! Así lo hemos experimentado. Haber estado en medio de esa multitud universal, donde ondeaban todas las banderas del planeta, te hizo más consciente de lo grande que es nuestra fe, de lo lejos que ha llegado la Iglesia y lo fuerte que te puedes sentir estando en comunión con tus hermanos y hermanas católicas de todo el mundo. Católico quiere decir universal. Si alguna vez te has sentido acomplejado ante un ambiente agresivo y paganizado, a partir de hoy ningún temor es válido en tu apostolado. Somos parte de la familia de Dios y la Iglesia es nuestro hogar, lleno de luz, de alegría.

4 ¿Ahora quieres más al Papa? A partir de ahora seguramente el Papa es para ti alguien más que un personaje público famoso. Es nuestro padre común, el sucesor de san Pedro, el dulce Cristo en la tierra, como le llamó santa Catalina de Siena. El entusiasmo que sentimos al verle pasar, al escuchar sus palabras, sólo se explica por una ayuda de la gracia que nos hizo caer en la cuenta de quién es el Papa. Por eso a partir de ahora lo quieres más. Eso es seguro. A partir de hoy no sólo lo respetarás, lo querrás también con cariño humano, lo apoyarás con tu oración, porque necesita de tu apoyo para seguir sosteniendo la Iglesia entera. Es muy fácil querer más al Papa, porque él te ama mucho a ti. Eres el objeto de sus desvelos, de su oración, y confía mucho en lo que puedes dar. El Papa Francisco tiene una gran experiencia de la vida, pero tiene también corazón joven: te comprende perfectamente, sabe los peligros a los que estás sometido, las debilidades propias de tu edad, pero sabe también que tienes un gran valor, y confía que sabrás dar todo el fruto que Dios espera de ti, porque eres hijo suyo, ¡hijo de Dios!

5 ¿Te ilusiona ser, de verdad, un alma de oración? Estos días en Cracovia rezamos mucho y fuimos testigos de la oración de miles de jóvenes. Cada iglesia a la que entraste, cada acto con el Papa, cada momento de reflexión, era como sumergirse en un clima de oración. El Santo Padre nos invitó continuamente a recogernos en oración, a rezar en silencio, a pedir por nuestros hermanos que sufren, a adorar la Eucaristía. Acuérdate de sus palabras en Campus Misericordiae: “La Jornada Mundial de la Juventud, podríamos decir, comienza hoy, continúa mañana, en casa, porque es allí donde Jesús quiere encontrarnos a partir de ahora. El Señor no quiere quedarse solamente en esta hermosa ciudad o en los recuerdos entrañables, sino que quiere venir a tu casa, vivir tu vida cotidiana: el estudio y los primeros años de trabajo, las amistades y los afectos, los proyectos y los sueños. Cómo le gusta que todo esto se lo llevemos en la oración. Él espera que, entre tantos contactos y chats de cada día, el primer puesto lo ocupe el hilo de oro de la oración”. Quizá el cansancio y la sorpresa no facilitaban que te concentraras como te hubiera gustado, pero una cosa es segura: tienes ganas de hacer oración, tienes deseos de aprender a tener vida interior, te has dado cuenta de la fuerza que puedes tener si aprendes a rezar de verdad. ¡Animo! Este es un fruto precioso de Cracovia. Aprender a hacer oración e incorporarla en tu vida, puede ser la prueba indiscutible de que la Jornada dejó una huella profunda muy dentro de ti.

6 ¿Ansías comunicar tu alegría? La alegría que experimentamos en Cracovia es del todo singular. Esa sonrisa en tus labios en medio de incomodidades, de largas filas para comer, con el barro hasta los tobillos, los medios de transporte a rebosar... Las circunstancias nos enseñaron algo muy importante: la alegría no depende de la comodidad. San Josemaría lo enseñó con su propia vida: "Lo que se necesita para conseguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado" (Surco, n.795). Es verdad: la auténtica alegría está en el corazón, no en las cosas, y la encontramos en el amor de Dios que se manifiesta en la entrega a los demás. Esos días aprendiste a estar feliz desprendido de muchas comodidades. ¡Qué buena experiencia! ¡Ojalá no la olvides, y procura practicarla siempre! Con tu sonrisa, con tu espíritu de servicio.

7 ¿Volviste más comprometido para practicar mejor tu fe y ayudar a los demás? Si todavía tienes “pegada” la canción oficial de la JMJ ("Błogosławieni miłosierni": "bienaventurados los misericordiosos") y a fuerza de oírla, cantarla y meditarla una y otra vez, te has convencido de que serás bienaventurado si eres misericordioso, si sabes tener corazón para los demás, es que algo se transformó en tu corazón estos días. Después de esta experiencia sentirás sin duda ese compromiso de hacer más por tu prójimo, especialmente por los que están cerca de ti, de aliviar las necesidades de los que te rodean, de acercar a tus amigos a Dios, querrás hablarles de la confesión, de que nada está perdido cuando parece que la tristeza, el desánimo, lleva a tantos y a tantas a vivir como jubilados, decía el Papa; tú y yo tenemos que ser instrumentos de la gracia de Dios para muchos. ¡Decídete a ser más apostólico! ¡Jesús confía en ti! Hace poco leí en el Diario de santa Faustina Kowalska algo que me impactó: “Una vez que rezaba por Polonia, escuché estas palabras: «Amo a Polonia de un modo particular y, si obedece a mi Voluntad, la elevaré en poder y santidad. De ella saldrá la chispa que preparará al mundo para mi última venida…»” ¿Y si somos tú y yo esa chispa que el Señor encendió estos días en Polonia para propagar su incendio en todo el mundo?

8 ¿Comprendes lo que significa la misericordia de Jesús? La misericordia de Dios quiere tocarte. De hecho lo ha conseguido. Fue Él quien te llevó a Cracovia para que tuvieras esa oportunidad de recibir su misericordia, participando de ese evento de fe, y ganando la indulgencia jubilar. Te confesaste, hiciste propósitos de enmendarte, pediste perdón y te diste cuenta de lo mucho que confía Dios en ti. Vale la pena ser amigo de Jesucristo. No lo dejes. Cultiva ese amor a Jesús que nos reunió en esas maravillosas jornadas de fraternidad y de esperanza. Lleva ese amor de Jesús a tu familia y revive cada día el amor misericordioso de un Dios que te quiere, te comprende y te impulsa a cosas grandes. Comprométete más con Él, dile que sí, que quieres seguir formándote y comprométete. No tengas miedo.

Ojalá que en las respuestas a estas ocho interrogantes descubras el grado al que tu vida cambió, o puede cambiar. Por lo pronto, demos gracias a Dios por haber querido que fuéramos protagonistas de la JMJ en Cracovia, donde “hemos escuchado su voz, la voz del Buen Pastor, vivo en medio de nosotros. Él ha hablado al corazón de cada uno de nosotros: nos ha renovado con su amor, nos ha hecho sentir la luz de su perdón, la fuerza de su gracia y nos ha hecho experimentar la realidad de la oración” (Papa Francisco).

P. Eduardo Diaz

Comunicadores Católicos