El congelador

Un fin de semana de agosto, de casualidad pasé por la cocina y me di cuenta que en el congelador había una luz que parpadeaba. Que la temperatura estaba descendiendo... No hubo modo de encontrar las instrucciones, lo que hacía no servía de nada...

Yendo al ordenador para buscar en internet, pensé "Dora, esto lo tienes que arreglar"; pues tenía que ser una cosa muy sencilla pues había poco botones, estaban los cajones perfectamente encajados en su sitio. Y efectivamente, volví a pulsar el botón correspondiente. La cuestión estaba en tener paciencia: esperar que bajara la temperatura.

B. C. (España)