El Prelado del Opus Dei
Desde 1982, el Opus Dei es una prelatura personal. Quien dirige la labor pastoral y las tareas de gobierno de una prelatura recibe del Santo Padre el nombramiento de «Prelado».
Al mismo tiempo, el carisma y la vida del Opus Dei tiene un marcado carácter de familia por lo que sus fieles se refieren al Prelado sencillamente como «Padre», la tradicional fórmula católica para dirigirse a un sacerdote.
Los más de sus 85 mil miembros dispersos en los cinco continentes permanecen unidos al Prelado y entre sí por la comunión de los santos que se da en el Opus Dei y en la Iglesia. Además procuran estar muy unidos al Padre mediante la fidelidad a su vocación, la oración y la unidad de espíritu e intenciones.
Así, esta numerosa familia multiétnica del Opus Dei atiende las indicaciones del Padre –quien reside en Roma– para seguir fielmente las disposiciones de la Santa Sede y para vivir, cada vez mejor, el espíritu y las costumbres del Opus Dei.
El Padre ejerce su solicitud pastoral mediante consejos y exhortaciones; y también por medio de normas y preceptos. Además, siguiendo el ejemplo de san Josemaría, se compromete a guiar y custodiar a los fieles de la Obra inspirado por la imagen evangélica de Cristo, el Buen Pastor: «Dios mío, ¡qué fácil es perseverar, sabiendo que Tú eres el Buen Pastor, y nosotros —tú y yo...— ovejas de tu rebaño!
—Porque bien nos consta que el Buen Pastor da su vida entera por cada una de sus ovejas» (San Josemaría Escrivá de Balaguer, Forja , 319).
El actual Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, fue ordenado sacerdote el 7 de agosto de 1955 y colaboró estrechamente con san Josemaría Escrivá de Balaguer, de quien fue secretario desde 1953 hasta su muerte, en 1975. Mons. Echevarría sucedió en 1994 al siervo de Dios Álvaro del Portillo, quien gobernó el Opus Dei tras el fallecimiento del Fundador en 1975.
Viajes pastorales, encuentros de familia
Como lo hicieron sus antecesores, el Padre realiza periódicamente viajes pastorales a distintos países para encontrarse con sus hijos, impulsar la labor apostólica y robustecer los lazos sobrenaturales que hacen del Opus Dei una auténtica familia.
Por tratarse de visitas de familia, los encuentros con los fieles del Opus Dei suelen ser privados, pero se procura que haya también algún encuentro abierto a la mayor cantidad posible de cooperadores y amigos de la Obra.
Durante esos breves y entrañables viajes, el Padre recuerda a sus hijos y a todas las personas que tienen ocasión de escucharlo la única e invariable misión del Opus Dei: que sus fieles se esfuercen por hacer de su vida en ocasión de amar a Dios y de servir con alegría y sencillez a la Iglesia, al Romano Pontífice y a todas las almas.
